jueves, 5 de mayo de 2011

Miley Cyrus se impone como la figura adolescente más popular en Chile


En la tarde del pasado martes, 24 horas antes del show que Miley Cyrus (18) dio anoche en el Estadio Nacional, su madre, confidente y quien la acompaña en el tramo latino de su actual Gipsy Heart Tour, Leticia "Tish" Finley, le comentó a uno de los mozos de un restaurante de mariscos donde llegaron a cenar: "He visto muchas fans fervorosas a lo largo del mundo, pero nada muy parecido a esto". Ayer, cuatro horas antes del espectáculo y en plena prueba de sonido, la propia cantante miró el coliseo de Ñuñoa vacío y lanzó: "Este lugar es monstruosamente enorme".

Es cierto: pueden asomar como arranques protocolares que reverencian al país de turno. Pero también hay una verdad mayor: lanzadas en cierto ambiente más privado, ilustran la enorme popularidad asestada por el debut en Chile de la cantante y actriz tras el personaje de la serie televisiva Hannah Montana. Un fanatismo que la consolida como la cría fabricada por el imperio Disney más popular que haya pasado por el país. La marca anterior la ostentaba el trío Jonas Brothers, quienes con su visita de 2009 en el Club Hípico reunieron a 35 mil personas, mientras que otras ilustres, como Selena Gomez y Demi Lovato sólo llegaron a 15 mil.

En cambio, Cyrus las superó con ventaja y congregó a 45 mil fans en un Nacional totalmente repleto en sus áreas de galería y tribunas, con cintillos y luces fluorescentes que a momentos asemejaban un enjambre de luciérnagas. Se trata, además, de su mayor convocatoria en lo que va hasta ahora de su recorrido, superando a Quito (15 mil) y a Lima (20 mil).

Fanáticos locales -en su gran mayoría mujeres- que gritaban y suspiraban bajo una premisa: al fin vino la estrella adolescente que faltaba y que patentó el molde definitivo para sus sucesoras. Seguidoras que iban desde los seis hasta los 18 años, pintadas con corazones y con el nombre de la estadounidense en sus caras, armadas de globos y lienzos escritos con lápices de colores, bajo la actitud de quien asiste a la más ensoñada fiesta de 15. Muchas de ellas, acompañadas de su padres, que alentaban estoicos el placer de que sus retoños pudieran disfrutar de su propia beatlemanía.

A cambio, la artista respondió con puntualidad -salió a las 20.30 horas y tras el teloneo del ex Amango Augusto Schuster- y con un concierto que la revela en su faz más adolescente y provocativa, lejana al personaje que en 2010 vivió su última temporada, aunque con pocos recursos (ver crítica). Casi como un simbolismo de esa metamorfosis, la previa a su concierto es amenizada por temas de Pink Floyd y Radiohead. Aún más: no es necesario que cante para lucir su crecimiento. Desde una tarima y bajo una escenario que simula un rincón callejero, casi pintarrajeado de grafitis, la norteamericana aparece con un provocativo traje de cuero con ligas y botas, muy similar al de una dominatrix. Liberty walk y Party in the USA -que curiosamente se convirtió en himno en EE.UU. tras la muerte de Bin Laden- son el primer golpe. Todo apoyado por una banda de cuatro músicos, dos coristas y un grupo de seis bailarines. Siguen Kicking and Screaming y luego, antes de Robot, la intérprete agradece la asistencia, en uno de sus pocos diálogos de la noche. Para el primer tramo también está reservado un medley de covers de Joan Jett -que incluye el archiversionado I love rock and roll- y canciones de alto voltaje, como Fly on the wall. Otro cover, Every rose has its thorn, de Poison, inaugura un set íntimo que bajó los decibeles de la histeria.

Pero los temas más coreados se ubican en los extremos de su trayectoria: Can't be tamed (No puedo ser domada), de su disco de 2010, es cantada casi como un rabioso manifiesto de adultez, y la plácida The climb, lanzada en 2009 y de la propia película de Hannha Montana,detona un karaoke masivo. En contraste, su relectura de Smells like teen spirit, de Nirvana, pasó inadvertida y eran poquísimas las quinceañeras que atinaban a balbucear algo del himno grunge.

Un cuadro que refleja a una artista en transición, pero capaz de dejar con una sonrisa a su hinchada, con un recital de 19 temas. Llegó al estadio a las 16.30 horas, realizó una relajada prueba de sonido y se reunió con fans y miembros de una entidad benéfica. Antes dio una entrevista a la TV. Su partida está progamada para hoy.


Fuente: diario.latercera.com

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